Teatro en la corte del Rey Sol

La corte de Luis XIV de Francia se caracterizaba por ser un espacio lleno de lujos que resplandecía de grandeza en comparación a la situación precaria por la que estaba pasando París en ese entonces. Siendo la muestra perfecta de una monarquía absoluta, Luis XIV encontró la manera de mover a toda la corte y tener a la nobleza en la palma de su mano con todo el entretenimiento que había en el Palacio de Versalles, lugar en el que se llevaba a cabo un importante desarrollo cultural. Versalles era durante el gobierno del llamado «Rey Sol», la cúspide del mundo civilizado. Viniendo de una experiencia traumática con una revuelta que ocurrió en 1648, llamada la Fronda, durante su infancia, que le hizo ver el mal estado en el que se encontraba París y lo mucho que parecía distanciarse de la vida en el palacio real. El rey Luis se dio a la tarea de alejarse lo mas posible de la ciudad cuando llegó al poder, ordenando de esta forma la construcción de un palacio ajeno a la ciudad pero que se encontrara lo suficientemente cerca como para que los aristocratas y la corte no pensaran que el poder estaba descentralizado.

La música siempre estaba presente y se presentaban obras y espectáculos para ocasiones especiales. El teatro fue sin embargo el elemento mas vigente dentro de la corte, siendo el lugar donde se desenvolvieron numerosos dramaturgos del renacimiento francés. Mientras que estos autores obtenían beneficios por parte del favor de Luis XIV a la vez la corte se regocijaba con la presencia de estas personalidades dentro de Versalles. Fue el sitio en el que se presentaron obras icónicas de autores como Moliére y Jean Racine, con música de compositores tan importantes como Jean-Baptiste Lully.

El teatro predominaba en la Versalles por ese elemento escénico que rodeaba la personalidad de Luis, cosa que le otorgaba su título de «Rey Sol» quien buscaba evocar la imagen del dios Apolo. Para complementar esta estética el teatro abarcó distintos géneros y obras, incluyendo las tragedias siempre vigentes, comedias, farsas e incluso recitales de ballet y operas. Pierre Corneille  y Jean Racine tuvieron su auge en esta época, presentando sus tragedias a un público que los recibió con alabanzas, estableciendo a ambos como exponentes del teatro en Francia y sobre todo como grandes innovadores. Corneille representó un punto importante en el género trágico cuando estrenó «Edipo», obra que lo trajo de vuelta a la escena tras un tiempo de fracaso en cuanto a la recepción de sus obras. Antes de la muerte de Corneille, Racine ya se había consagrado como una especie de sucesor, con numerosas comparaciones entre ambos dramaturgos. Corneille recibió una pensión del rey prácticamente en su lecho de muerte, mientras que Racine se convirtió en una figura prominente dentro del palacio de Versalles en 1662, para dentro de los siguientes años escribir tragedias influyentes como «Andrómaca», «Alejandro Magno» y «La Tebaida».

 

Estos dos autores dominaron la escena del teatro en el siglo XVII con tragedias que trataban las temáticas clásicas del teatro griego o de otras épocas anteriores e intentaban rescatar parte de estos valores. Y estas tramas iban a la par con la personalidad teatral del Rey Sol. Corneille especialmente se consagró por haber trasladado las tragedias a un contexto contemporáneo. Solía hablar de la imposición del honor y el sentido del deber por encima de los sentimientos de los personajes, tal como sucede en «Edipo» y «El Cid», ambas historias con un final trágico pero que presentan este conflicto en el que, a fin de cuentas, la pasión es aplacada por los valores tradicionales. Por otro lado, Racine no solo se concentraba mucho mas en el mundo griego si no que trataba a sus personajes de forma contraria a como Corneille lo hacía, eran mas pasionales y al final la tragedia se daba por el triunfo de los sentimientos fuertes por encima de la razón o las leyes tradicionales. Estos contrastes también facilitaban mas la comparación entre los dos dramaturgos, tanto en el estilo de escribir como en el desarrollo de las historias. Racine empezó a sobreponerse por su estilo lírico, que era en apariencia mas simple puesto frente al exceso de retóricas de Corneille, más era mucho mas directo y se cargaba de imágenes mucho mas de lo que pasa con las obras de Corneille.

MOLIERE

Conjunto al triunfo de estos distintos estilos de tragedias también estaba Moliére, quien se enfocaba principalmente en hacer comedias y las llamadas «farsas», obras que en cierto modo daban un relieve cómico dentro de la corte. La música se complementaba muy a menudo con los trabajos de Moliére, teniendo varias colaboraciones juntos y desarrollando un género en conjunto conocido como la comedia ballet. Ambos se encontraban apoyados por Luis XIV, quien les dió la oportunidad de desenvolverse dentro del palacio y alcanzar un auge artístico que a la vez divertía a la corte. Moliére sobre todo se dio cuenta por las reacciones del rey y su corte que su talento real se encontraba en las historias de personajes ridículos y las historias cómicas, que solían entretener mucho a todos en Versalles. «Tartufo», «Don Juan» y «El Burgués Gentilhombre» se encuentran entre las obras mas reconocidas del dramaturgo, la ultima siendo su trabajo mas alabado junto a Lully, en el que se mezclaban a la perfección la comedia de Moliére y la música compuesta por el que era probablemente el compositor mas prominente e importante del siglo XVII en Francia.

Luis XIV y todas las personas que llegaron a vivir en el palacio de Versalles han sido ejemplos de lo que es una monarquía totalitarista. Un sistema de gobierno en el que el rey no solo está aislado del pueblo al que gobierna si no que dentro de ese espacio que ha construido para si mismo el es prácticamente una deidad. La corte del Rey Sol fue una muestra del lujo y el derroche que se podía dar la corona francesa, pero a la vez fue un lugar en el que la sociedad culta avanzó considerablemente, el mundo de las artes se vio revolucionado por las personalidades que se encontraban en la corte. No solo en el teatro si no en todas las formas artísticas. El impacto cultural que tuvo la familia enorme de Luis XIV fue tan grande que el resto de Europa intentó alcanzar esos niveles de lujo y de desarrollo civilizado. Pudo haber sido una vida tal vez excesivamente superficial, pero no se puede negar la influencia que tuvo para la cultura de Europa y el resto del mundo, trascendiendo en el teatro y demás ámbitos.

 

 

Hecho por: Gustavo Mata

 

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